La Música en Tiempos de Streaming

Hoy en día como nunca antes, se han compuesto, producido y vendido toneladas y toneladas de música, todo ello gracias a los avances tecnológicos informáticos y en telecomunicaciones. Se nos han ofrecido elementos y herramientas que nos hacen posible a los creadores realizar nuestra música y compartirla, y al público, consumirla. Como nunca antes el maravilloso mundo de la música se ha vuelto más accesible.

Por otro lado, esto ha permitido que conozcamos artistas independientes y emergentes de otras partes del mundo y que tengamos acceso a música de excelente calidad en todos sentidos, composición, sonido, producción, letra, concepto, diseño de arte y propuestas; dejando así la basura y música chatarra a las grandes disqueras que han optado solo por lo comercial, entre tanto nosotros buscamos en la música independiente, música de alto contenido artístico y cultural.

Como sociedad hemos logrado entender que la música no solo es un bien cultural inmaterial, sino que es un derecho humano, el cual forma parte del diario vivir y nos hemos valido de todos los medios necesarios y posibles para siempre tener algo de música. Sin embargo, en esta relación melómano-romántica entre el artista y el público, no somos los únicos que han entendido esta premisa, en esta ecuación entra en juego “amablemente” la mano negra de las distribuidoras. Si creíamos que nos habíamos librado de los grandes emporios discográficos pues nos equivocamos. La verdad es que la nueva forma de vender música sigue en manos de aquellos que han aprendido a vivir de nuestra necesidad, cosa nada nueva. Veámoslo por partes y comencemos primeramente por el público.

Público frente al streaming

Las plataformas de streaming y tiendas de descarga nos ofrecen de manera inmediata, adquirir ya sea un álbum completo o solamente el o los tracks que más nos gustan; las plataformas de streaming, así como los reproductores de nuestros dispositivos nos permiten hacer listas de reproducción (playlist) donde agregamos música por estilos, géneros, grupos, épocas, para tal o cual actividad, etc., sin necesidad de tener un montón de CDs o casetes a un lado como sucedía en antaño, sin ocupar más espacio que el de nuestro dispositivo. En estas plataformas por un “módico" precio puedes obtener ciertos servicios extras como el evitar anuncios, reproducir tu playlist sin un formato aleatorio, o que tu lista se haga un mix con otras canciones “similares” a ese estilo o género, lo cual eso ya ofrece una primera desventaja.

Un punto a comentar es el de la calidad de audio, que ya en su mayoría, las compañías de streaming dependiendo del plan que uses te ofrecerán más o menor calidad en el audio. Lo cual para aquellos amantes de la música y la calidad de audio puede ser un punto de inflexión, ya que al menos en nuestro país (México), la gente no está educada a comprar música a menos que sea un superfan de tal o cual grupo o cantante, de allí en más, busca tener música sin necesidad de pagar por ella, sacrificando la calidad de audio; aunque para ser honestos, la gran mayoría de las personas no saben distinguir entre un formato WAV o un MP3, menos entre un FLAC o un ACC, y si no tienes un buen equipo reproductor o unos buenos audífonos, pues de nada te sirve. La verdad es que en muchos casos, esta supuesta exigencia en cuanto a la calidad de sonido es más que nada una postura naif y caprichosa, pues realmente la mayor parte de la gente no tiene educados sus oídos para poder identificar la diferencia entre la calidad de los diferentes formatos de sonido. Basta pensar en que la mayoría de la gente tiene su sentido del oído fracturado, debido a los altos niveles de volumen con que acostumbra escuchar música. Aunque bueno, eso es motivo para otro artículo.

Y por otra parte está el costo, y la verdad es que si contratas el plan premium, a final de cuentas vienes pagando más por un servicio de streaming que por comprar música en físico. Un CD en término medio tiene un costo de $250, pesos más, pesos menos. El servicio premium de alguna plataforma oscila en los $100 al mes. Al año ¿cuántos discos compras, 5, 6? Pensando en un término medio, regular, hablamos de 6 discos al año, lo cual significa una inversión alrededor de $1,500 y eso si los compras, tal vez pueden ser menos. Y por el servicio de streaming, lo uses a diario o no, estarías invirtiendo alrededor de $1,200 anuales. Podrás decir “sí, bueno, pero tengo acceso a toda la música que yo quiera”, ok, sí, pero hay una pequeña y significativa diferencia, esa música no te pertenece, realmente la estás “rentando, alquilando”, y eso es precisamente la cultura del "no tendrás nada y serás feliz” en el nuevo formato económico del tan famoso y polémico 2030. Pero regresando a nuestro asunto, un CD es tuyo, el booklet, el audio es en un formato WAV, la mejor calidad posible a diferencia de otros formatos de audio. Por cierto, los invito a leer mi publicación ¿CD o no CD? He ahí el dilema, donde hablo acerca de este tema.

Finalmente, en cuanto a este punto del público consumidor de música, la verdad es que las compañías de streaming “están haciendo su mantequilla”, como dijera el músico Jean Michel Jarre al referirse a estas plataformas digitales de streaming.

Ahora vayamos del lado del artista.

Artista frente al streaming

La música es una obra intelectual, única, que le pertenece al artista creador, donde invirtió horas y horas de trabajo. Al escuchar música, no solo escuchas eso, también escuchas conocimiento de todo tipo, musical, cultural, de audio, y todo eso se une en un bien cultural inmaterial. Lo lamentable de todo esto es que realmente al músico, al creador, la mente maestra detrás de aquel track, o álbum, no se le está valorando ni respetando su trabajo y a final de cuentas, es el que menos gana y quienes se llaban las mayores ganancias son las disqueras, o en su caso, estas empresas de streaming o tiendas online.

En el caso de estas últimas empresas, si eres famoso o desconocido, eso también determinará lo que se te pagará por comprar tu álbum o un track, o solo por reproducirlo, cuando realmente tu trabajo, así como el de muchos artistas independientes, son muchísimo mejores producciones que las de los artistas de las grandes disqueras.

Vayamos a los números

Spotify, el líder mundial de plataformas de streaming, paga al artista la “maravillosa, suculenta y para nada despreciable” cantidad de 0,00437$, necesitando un total de 229 reproducciones para ganar 1$.

iTunes (de Apple) vende un track en $12 y un álbum en $120 (dependiendo del artista) y le paga al artista el 40% por la descarga, es decir, estamos hablando de $4.8 por la descarga de un track y $48 por un álbum. El resto (60%) es para la distribuidora y el agregator. Como podemos ver, quien menos recibe es al autor de la música.

Lo lamentable de todo esto, es que el público que se dice consumidor de música, promotores, representantes, empresarios de la industria musical, etc., realmente no consumen nuestra música, sino que fomentan ellos mismos la música “free” ayudando aún más a estas empresas a hacer su mantequilla con nuestro trabajo. Les explico, llevas o mandas tu curriculum a alguna estación de radio, empresa de representaciones, etc., y te piden música para escuchar tu propuesta, hasta allí voy de acuerdo, pero tienes que poner tu página de artista de Spotify, si no tienes tu música en este tipo de plataforma, no eres nada; lamentablemente así son las exigencias del mercado musical, o mínimo, les regalas una copia de tu CD, aquel que con tanto trabajo lograste grabar y manufacturar, lo tienes que andar regalando para que te escuchen y ver si acaso te dan la “oportunidad”, cuando realmente hay plataformas gratuitas como Soundcloud donde podemos los artistas independientes subir nuestra música y ser escuchados por todos estos personajes; a fin de cuentas se supone que de lo que se trata es de escuchar nuestra música, pero realmente quieren ver si les resultamos convenientes como negocio.

Así que estimado lector, si realmente te dices amante de la música original, diferente, de calidad artística y cultural, que estás cansado de la música chatarra, y verdaderamente quieres apoyar al artista emergente, independiente, pues entonces te invito a que consumas la música directamente del artista, sea en físico o por descarga, pero contacta con los artistas y adquiere de ellos su música.

En plataformas como bandcamp, o los sitios web de los mismos artistas podrás adquirir su música a precios reales, asequibles y que verdaderamente ayudan al artista a pagar sus cuentas, sus producciones y seguir creando. No es difícil, en las redes sociales seguido nos encontramos con artistas que comparten su música para ser adquirida, contáctalos, escríbeles, date la oportunidad de consumir música que realmente sea tuya y apoya a un artista.

Dime que opinas, suscribete y deja tus comentarios, me gustaría conocer tu opinión al respecto. Nos vemos la semana próxima con una nueva publicación.

1 comentario