Música Prediseñada

La inmediatez de los tiempos actuales nos han llevado de manera forzada a que todo sea a una velocidad estrepitosa, todo es rápido, express y además se demanda “calidad” y “productividad”. En esa lucha frenética y exigente contra el tiempo de los tiempos modernos, las artes no se han quedado atrás. En el caso específico de la música, la velocidad conque la industria musical y otras industrias afines, así como el mismo público que se ha vuelto exigente no de calidad, sino de cantidad, han hecho que el artista se vea envuelto en esta avalancha de la mercadotecnia.

Aparentemente se han ido creando soluciones óptimas para resultados óptimos de producción musical, permitiendo al “artista creador” realizar su trabajo con mayor “calidad” y rapidez. El punto aquí es, cuanto realmente aporta todo esto al trabajo creativo del artista y que tanta calidad hay en todo esto.

Dentro de estas “soluciones” se encuentran algunas herramientas tales como abundantes librerías de bucles (loops), riffs, beats y samples, los cuales son excelentes herramientas; lamentablemente se han convertido más en la “base” creativa de muchos artistas en ese afán por entregar trabajos express de toda índole para cumplir con esa exigencia de la supuesta “productividad”. Y es sobre ese asunto que quiero hablar en esta ocasión, el uso o mejor dicho, abuso indiscriminado de estos recursos con los cuales, únicamente se está “creando música desarmable de interés social”, como si de un juego de “Lego” se tratara.

Herramientas que debieran funcionar como recursos que enriquezcan nuestro trabajo creativo se han convertido en el principal elemento para hacer música sin el más mínimo de esfuerzo y conocimiento teórico, armónico, instrumental, etc., etc., etc. Se ha estado creando una generación de “artistas” flojos y express que se jactan de hacerse llamar compositores, creadores y/o hasta productores, cuando no tienen ni el más mínimo conocimiento musical y no tienen ni la más mínima idea de qué es la música y como es que funciona, como para ser capaces de crear sus propios proyectos originales.

Y no, no es que esté en contra de estas herramientas, sino que estoy en contra de que la música, el arte de crear, este a merced de gente que como autómata solamente arrastre clips al canal y arme una serie de frases y un grupo de gente autómata llamado público, les aplauda cuando unos como los otros han perdido toda capacidad creativa y de sensibilidad.

Pero bueno, antes de que me explote el hígado a pedazos por los corajes, vamos a plantearnos los siguientes puntos a favor y en contra.

Punto no. 1

Estoy de acuerdo (hasta cierto punto) en el uso de estos recursos cuando hay poco tiempo para crear algo desde cero. Regularmente directores, empresarios, y otros personajes que están al frente de algún tipo de empresa o proyecto, por las razones que sean, muchas veces ajenas a ellos mismos, dejan de último momento la música y se les ocurre o entienden que requieren de música original, sea un jingle, una sonorización, música cinemática, etc. Y cuando buscan al compositor es porque ya están a escasos días del lanzamiento o publicación de su proyecto y creen que hacer música es rápido, que con “algo de talento”, se pueden hacer cosas y no cualquier cosa, sino grandes cosas; cosa que no es necesariamente así. Y bueno, para un jingle, una música de uso comercial pues usar este tipo de recursos puede funcionar, ya que no se busca que sea una obra que perdure a través de los siglos, sino que tiene una función y durabilidad muy corta, así que los elementos que tengas y uses la verdad pasaran muy inadvertidos, será algo desechable y no pasará más nada.

Sin embargo, cabe mencionar que siempre es bueno tener una librería, pero de ideas musicales propias, de tu autoría, con motivos, incisos, frases, periodos, riffs, progresiones, ritmos, secuencias, etc., y que guardes celosamente en un pautado o tu ordenador, pues no sabes cuando te puedan servir y en su momento podrás contar con ideas propias y no tendrás que hacer uso de elementos prediseñados para tus futuros trabajos.

Punto no. 2

Por otra parte entiendo que quizá, por cuestiones técnicas de ejecución de algún instrumento o por falta del mismo y por las prisas, tengas que requerir del uso de estas herramientas. Pero entonces estudia, investiga, aprende, documéntate, practica para que des un paso más adelante y seas más profesional. No entiendo esa necedad de “músicos” o mejor dicho aspirantes a músicos en querer hacer todo a base de pura “inspiración” y no a base de estudio, de conocimiento. Puedes usar estos recursos, pero cuando quieras hacer variaciones, quieras cambiar lo prediseñado no sabrás como hacerlo porque no sabes como funcionan, como están construidos, diseñados, y entonces tendrás que conformarte con lo que ya tienes y seguirás siendo el mismo y sonando igual. Busca expandir tu espectro de experiencia musical mediante el estudio, no hay otro camino.

Punto no. 3

Y es que hay otro aspecto a considerar, y es el de ¿hasta qué punto ese trabajo realmente es original, realmente te pertenece, qué tanto suena a ti? Porque bueno, como quiera los bucles y beats, a fin de cuentas muchos de ellos son solo ideas genéricas muy generales que funcionan más como acompañamientos, pero ya a la hora de crear, de verdaderamente “hacer música” ¿qué tan original es? Y entramos al tema de los samples, que tan socorridos son principalmente por los DJs.

Pero vayamos por partes, primeramente, ¿qué es un sample? Un sample es una muestra de un sonido grabado en cualquier tipo de soporte para reutilizarla posteriormente como un instrumento musical o una grabación de sonido ya existente. Recordando lo que escribí en mi publicación ¿Qué es la música electrónica?, comenté acerca del origen de los DJs, y en función a ese origen, la gran mayoría de Djs usan este recurso de los samples para hacer mezclas de música, sin embargo muchos de ellos no aportan nada propio a sus “obras” y son solamente un cúmulo de parches “mezclados”, pero ¿qué parte de todo eso es de ellos, qué melodía, qué construcción rítmica, qué progresiones armónicas? Lo preocupante de todo esto, es que en muchos casos se están plagiando el trabajo creativo de otros artistas, que sí se esforzaron por hacer algo que saliera de ellos mismos, vaya, se están infringiendo leyes sobre el derecho de autor y de distribución, tema delicado y que amerita una publicación aparte.

De pronto escucho o leo de estos personajes que hacen 30 o 40 canciones al mes y bueno, ahora entiendo por qué, pues lo hacen porque su única creatividad radica en hacer cuts, copys y pastes de lo ya existente. Es así como el abuso o mal uso de estos recursos ha convertido la música en bloques de Lego, pero sin ningún contenido verdaderamente creativo, valioso, que sea capaz de convertir nuestra música en algo que verdaderamente trascienda.

Tomémonos en serio nuestra profesión, respetémosla y respetemos el trabajo de otros, aportemos, propongamos y tratemos de siempre ser auténticos con nuestros trabajos; no veamos el hacer música como si se tratara de solo colocar bloques y más bloques para decir que somos creativos.

¿Qué opinan, qué piensan? Dejen sus comentarios.

Saludos a todos y nos leemos la próxima semana con otro interesante artículo sobre música.

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